Rece por no estar aquí
pero conocía la posibilidad;
el riesgo inminente
cuando practicaba en vida
las ordenes oníricas
que me hablaban
de tres metros a la izquierda.
Todo ha terminado,
Él esta aquí
rumiando mi alma,
apagando las tres llamas,
con la certeza de una vena reventada,
por el hielo cortante,
retribuyéndome
hasta liquidar los adeudos.
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