Entre jardines, entre esqueletos, con su belleza,
Entre las aguas, entre la sangre, con su grandeza;
Camina, desaparece, enriquece, se enaltece,
El bello espiritu, de la oscura condesa.
Entre los vivos, entre os muertos, ella es eterna,
Entre el sol y las estrellas, su mirada es perpetua;
Llora, baila, triste, canta, se desgarra,
El sombrío corazón, de la lúgubre condesa.
Entre el Frío, entre el fuego, ella nos calcina,
Entre la lluvia, entre las nubes, ella nos vigila;
Entre la luz y oscuridad, su existencia es divina,
Eternamente la condesa, con su presencia nos domina.
Entre las montañas y los valles, su nacimiento da la vida,
Entre el alba y el ocaso, su ausencia martiriza;
Entre las tinienblas y melancolía, se muestra la añoranza,
El resplandor de la condesa, que nuestras heridas cicatriza.
Blanca luz de Luna, Eternamente Magna Diosa,
Fuego eterno en tu espectro, Pura Majestad Prodigiosa,
Infinita Vehemencia en tu libre alma hermosa,
Blanco cuerpo ojival, Perpetuamente Noble Negra Rosa.
Gracias por tu aporte Esteban Castaño
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