† Cruel Realidad †

Ves que todo a lo que temes te rodea. En tus ojos, inexplicables, tu pupila desaparece. Quieres llorar, pero no puedes. Olvidado, olvidado… Todo es del mismo color, negro, oscuro, oscuro, oscuro… Diriges tu mirada a cualquier lado, tratando de encontrar un pequeño rayo de luz que te ilumine y… Oscuridad, oscuridad, oscuridad… Escuchas algo, te alegras por un instante pero… Tan solo son sollozos, lloros, entes olvidados que vagan sin sentido a tu alrededor. Y te asustas, te desintegras, te rompes. Algo resbala desde tu atroz rostro, pálido; desciende por tus mejillas, roza tus labios y se desliza por tu cuello. Diriges tímidamente tus manos hacia él, tus dedos lo tocan y tu vista se posa en ellos… Ese líquido, en una simple lágrima, crucial; rojo, impactante, resaltando en tu nívea piel… Sangre. No encuentras sentido a ello pero, ¿acaso existe en ese lugar? Las paredes de tu interior arden, se queman…

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El dolor te invade, y la confusión, y el desconcierto, y… Dolor, dolor, dolor… Buscas tu voz, que parece ya olvidada, un simple recuerdo de un pasado muy lejano. Parece que la encuentras. Intentas gritar, pero tu grito no encuentra la salida, se pierde en tu garganta… Y te ahogas, te ahogas, te ahogas… Tu interior te escuece, tus entrañas se deshacen, retorciéndose precipitadamente una y otra vez…Un escalofrío recorre tu espalda, asciende desde la parte inferior de la columna, y llega hasta tu nuca para ponerte el pelo de punta. Ves hacia el infinito y, ¿qué hay? ¿Qué es eso? Sabes que ese oscuro y extraño ser te busca, y comienzas a sentir un terrible frío. Comienzas a helarte cada vez más y más rápidamente… Miles y miles de diminutos cuchillos se clavan en tu piel. El terror toma el control de tu cuerpo.

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Miedo, miedo, miedo… El extraño ser te llama, una y otra vez, incesablemente, incansable… Sabes que no parará hasta encontrarte. Piensas, sabes, que tienes, que debes huir, escapar…Pero los músculos de tu cuerpo te ignoran, no escuchas tus órdenes, no se inmutan, no se mueven… Solo permanecen inmóviles, esperando la llegada del fin… ¿Acaso tiene sentido ya huir? ¿Acaso podría, conseguiría hacerlo? Miedo, miedo, miedo… Hielo. Es el olvido… Y te encuentra, esperas con impaciencia el encuentro con la muerte y… Te despiertas, te despiertas de ese mal sueño, de esa pesadilla… Y te desplomas, te derrumbas, te desvaneces… De nuevo la oscuridad, oscuridad, oscuridad… Ahora solo eres hielo, hielo, hielo… Porque ves cómo, la que creías tu peor pesadilla, se está haciendo realidad…

Isabella Swan.