Volamos en la noche,
rasgando su gelido silencio.
Somos angeles de la carne,
señores del pecado y la lujueria.
Todos nos buscan con deseo,
nos odian y nos aman,
nos buscan y nos temen,
pero todos desean arder en nuestro fuego.
Nuestro reino es el plcaer,
lleno de eternos gemidos,
donde nada esta prohibido,
tan solo la tristeza y el.
Somos guardianes de lo oscuro,
de los eternos secretos,
donamos la vida y la muerte,
la gloria y la miseria.
Nuestra piel brilla bañada por placeres,
pero tras su fragil aspecto,
su dureza es la del acero
ella esconde la dulzura y el veneno.
Unete a nosotros, coge tus alas
cruza la oscuridad de la noche
cubrete con la brisa de los sentidos
en el eterno vuelo deseo.
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